domingo, 1 de noviembre de 2015

Ironías


Sus pupilas clavadas en los mías, el escalofrío que me recorría todo el cuerpo cuando me atravesaba con esos grandes ojos fijos... La mezcla del frío de madrugada y el asfixiante calor que desprendía su cuerpo; las caricias también, y su deseo que acrecentaba al mio día a día.

El aroma de una flor en sus manos y una ilusión por pétalo guardado entre las páginas de viejos libros; mensajes de amor y vergüenza que se ocultaban entre el vaho y la lluvia; la simple e infinita ternura de unos dedos entrelazados, de unas buenas noches...
Un "te quiero" susurrado tan, pero tan bajito que solo podría escucharse entre la intimidad de unas sábanas deshechas y un abrazo que recompone hasta al corazón más derrotado.

Quizás... quizás lo imaginé, ya sabes que a veces invento recuerdos. Pero no todo fue una mentira, aunque los papeles hayan cambiado recuerdo como me buscaba, como ansiaba todo eso en mí, como quería más y más... y yo, yo no supe dárselo.

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