martes, 27 de septiembre de 2011

Preguntas.

"Lo mas difícil en esta vida es querer a alguien y dejar que te quiera" 

Es curioso como, sin malas intenciones (a veces), hacemos daño a las personas que mas nos importan.
Las decepcionamos constantemente y por multitud de razones... egoísmo? inmadurez? inconsciencia?
Quizás no estas preparado para empezar.
Quizás, simplemente se te olvidó como se quería.
Quizás falta tiempo.
Pero, cuando eres perdonado, no solo has decepcionado a esa persona si no a ti mismo, preguntándote una y otra vez ¿Como pude hacer algo así?
No os equivoquéis, no hablo de historias de amor. Hablo de relaciones.
¿Cuantas veces contestaste mal a tu madre?
¿Cuantas veces le hiciste daño a tu mejor amigo?

¿Porque nos empeñamos en decepcionar a los que nos quieren una y otra vez? ¿Para probarlos? ¿Cuantas veces necesitamos que alguien nos perdone para saber cuanto nos aprecia?
¿Cuantas decepciones es capaz de aguantar una única persona?

Cuenta todas las veces que te han perdonado, y ahora enumera todas las veces que te han destrozado por dentro, tanto que pensabas que ibas a resquebrajarte de un momento a otro... y aun así, has perdonado tu.

Y finalmente, después de tanto probarles, desaparecen... o al menos eso creemos.
A veces, y solo a veces, tu camino vuelve a cruzarse con esa persona que no pudo perdonarte y entonces puedas buscar esa tranquilidad de conciencia.
Quizás en cinco, dos o trece años te encuentre y ambos estemos preparados para olvidar, para empezar de nuevo, para reírnos juntos.


Pero eso solo es un quizás.
"Lo mas difícil en esta vida es querer a alguien y dejar que te quiera" 


viernes, 23 de septiembre de 2011

La princesa busca marido (Jorge Bucay)


Había una vez una princesa, que quería encontrar un esposo digno de ella, que la amase verdaderamente. Para lo cual puso una condición: elegiría marido entre todos los que fueran capaces de estar 365 días al lado del muro del palacio donde ella vivía, sin separarse ni un solo día. Se presentaron centenares, miles de pretendientes a la corona real. Pero claro al primer frío la mitad se fue, cuando empezaron los calores se fue la mitad de la otra mitad, cuando empezaron a gastarse los cojines y se terminó la comida, la mitad de la mitad de la mitad, también se fue.
Habían empezado el primero de enero, cuando entró diciembre, empezaron de nuevo los fríos, y solamente quedó un joven.Todos los demás se habían ido, cansados, aburridos, pensando que ningún amor valía la pena. Solamente éste joven que había adorado a la princesa desde siempre, estaba allí, anclado en esa pared y ese muro, esperando pacientemente que pasaran los 365 días.
La princesa que había despreciado a todos, cuando vio que este muchacho se quedaba empezó a mirarlo, pensando, que quizás ese hombre la quisiera de verdad. Lo había espiado en Octubre, había pasado frente a él en Noviembre, y en Diciembre, disfrazada de campesina le había dejado un poco de agua y un poco de comida, le había visto los ojos y se había dado cuenta de su mirada sincera. Entonces le había dicho al rey:

- Padre creo que finalmente vas a tener un casamiento, y que por fin vas a tener nietos, este es el hombre que de verdad me quiere.

El rey se había puesto contento y comenzó a prepararlo todo. La ceremonia, el banquete e incluso, le hizo saber al joven, a través de la guardia, que el primero de Enero, cuando se cumplieran los 365 días, lo esperaba en el palacio porque quería hablar con él.
Todo estaba preparado, el pueblo estaba contento, todo el mundo esperaba ansiosamente el primero de Enero. El 31 de Diciembre, el día después de haber pasado las 364 noches y los 365 días allí, el joven se levantó del muro y se marchó. Fue hasta su casa y fue a ver a su madre, y ésta le dijo:

- Hijo querías tanto a la princesa, estuviste allí 364 noches, 365 días y el último día te fuiste.
¿Qué pasó?, ¿No pudiste aguantar un día más?

Y el hijo contestó:

- ¿Sabes madre? Me enteré que me había visto, me enteré que me había elegido, me enteré que le había dicho a su padre que se iba a casar conmigo y, a pesar de eso, no fue capaz de evitarme una sola noche de dolor, pudiendo hacerlo, no me evitó una sola noche de sufrimiento. Alguien que no es capaz de evitarte una noche de sufrimiento no merece de mi amor, ¿verdad madre?


viernes, 16 de septiembre de 2011

Soñando el recuerdo de un despertar difuso.

Queridos insomnes:


Probablemente, quien sabe, les pase lo mismo que a mi,en esas noches de madrugada. 
Cuando el sueño parece no querer llegar, al menos yo, me aferro a mi ventana favorita, inspirando la gélida piel nocturna con música lenta en mi oídos y cancerígenos cigarros en mi ser.
Me agujereo, cual polilla, el alma y sin pensar en nada me quedo ahí, mirando pasar el letargo del oscuro cielo.

Disfrutando el instante, el momento.
Inhalando olor a excesos, porque la noche es para eso, para el vicio y no para el sueño.

domingo, 11 de septiembre de 2011

Miki Nadal.

"Me gustan las cosas que cuando acaban vuelven a empezar, como las semanas o las botellas de whisky."



viernes, 9 de septiembre de 2011

Por guasa.

 Con la de tiempo que ha pasao
y lo perdío que has estao,
y todavía no te has parao a pensar
que lo que tienes asumío,
quizás está equivocao,
que de ti mismo es de quien debes dudar.
Con la de gente que llegó y que te habló y se marchó,
cómo te atreves siquiera a insinuar
que nada fue lo que fue,
que na de aquello pasó,
sólo eres tú a quien consigues engañar.
Que es tanto el dolor que pasé,
que no sé bien cómo acabé
cabeceando bocabajo y amarrado por los pies,
y es tanto el amor que he perdío,
que tengo miedo y tengo frío,
cuano echo cuenta de las rentas de los besos que se han ío.
No fue por defender mi ego,
al parecer solo el hecho
de conocer causa, placer ,
no es sólo por jugar con fuego,
cuando llego y digo juego
es porque abrigo la ilusión
de dejar algo más pa luego por testigo.

Tantas veces como he estado
decepcionado contigo
y hoy me siento acomplejado y no sé bien ni lo que digo.
Tantas veces como he ido
y he vencido y he venido,
cuantos segundos ganados a estos minutos perdidos.

Al reloj de enfrente tu casa
siempre echo un vistazo,
cada vez que paso,
por guasa,
y me doy cuenta que no se detiene
y eso es lo que tiene
la vida, se pasa.

Al reloj de enfrente tu casa
siempre echo un vistazo,
cada vez que paso,
por guasa,
y me doy cuenta que no se detiene
y eso es lo que tiene
la vida, se pasa.

Luego dirás que dije que digas,
querrás dejarme por embustero.
Y aunque la vida toma y obliga,
merecerá la pena vivir.

Y entre tanto que contaba
se me puso el mundo oscuro
y me vi soñando versos,
malgastando mi futuro,
ya cansado de buscar
la cura del mal del que muero,
más que hundido en la amargura,
escondido en mi agujero.
Y entretanto fui tan tonto
que me olvidé del insitnto,
predicando a cuatro voces que buscaba algo distinto,
discutiendo seriamente,
la patente del invento,
describí más que con pelos y señales lo que siento.
Y entretanto,
no contento con las mías,
me dediqué a amontonar en mi cabeza tus poesías,
todo lo que se escondía
tras de tu filosofía,
reflejaba tus miserias,
las nuestras de cada día,
lástima que entre tanto cejara ese llanto,
tanto como siento,
tal como te canto,
que pena que el viento
no te traiga a veces
conmigo un instante
a mi vera un momento.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Asfixia.

Me ahogo,
me ahogo en el suspiro de tu aliento.
Me ahogo,
me ahogo en la calma y en el deseo.
Me ahogo en el recuerdo de lo que fue nuestro.
Me ahogo
y me tropiezo.
Me ahogo con el llanto de Galileo
con las espinas de tus huesos... me ahogo.
Me ahogo y tropiezo.
Caigo de nuevo.
Me asfixio poquito a poco...
Me apago,
mientras vuelves a apretarme el cuello.